DE LA REDACCIÓN
EL BUEN TONO
Córdoba.– La administración de Juan Martínez Flores cerrará su ciclo entre la ineptitud y desigualdad. El alcalde y la síndica Vania López González dejarán el Ayuntamiento con sueldos y beneficios que insultan la pobreza laboral de la clase trabajadora.
De acuerdo al tabulador 2025, Martínez Flores percibe $149,529.60 pesos brutos y $108,444.96 netos mensuales. La síndica recibe $95,992.60 pesos netos.
En contraste, intendentes, inspectores y recolectores ganan apenas $8,364 pesos o menos, sin bonos ni incentivos.
Lejos de retirarse con dignidad, el alcalde cobrará un aguinaldo cercano a 300 mil pesos y un bono de marcha que supera el medio millón, avalado por un cabildo corrupto. La síndica tampoco queda atrás: su salario es once veces mayor al de un trabajador operativo.
Las cifras exhiben no solo desigualdad, sino incapacidad ética y política. Mientras Martínez Flores predicaba austeridad y se quejaba de “falta de recursos” para servicios básicos, su nómina personal drenaba el presupuesto municipal.
El contraste es obsceno: un recolector de basura gana apenas para alimentar a su familia, mientras el alcalde, que deja obras inconclusas y deudas, se despide con una fortuna pagada por los cordobeses.
La síndica Vania López, lejos de fiscalizar los excesos, guardó silencio y se benefició del mismo sistema que hundió al ayuntamiento en la desigualdad.
Su complicidad política fue el sello de una gestión sin rumbo ni vergüenza.
Los regidores también son complices, ellos perciben más de $102,927 pesos brutos, ajenos a la realidad de la mayoría de empleados municipales.
Córdoba concluye un trienio marcado por el derroche y la ineptitud. Los funcionarios se van con los bolsillos llenos y un legado de mediocridad; los trabajadores, con las manos vacías y la dignidad pisoteada.


