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Abandono animal en peregrinaciones; tiempo de empatía 

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Sandra González

El Buen Tono

Orizaba.- En una ciudad que presume orden, cultura y turismo religioso, la realidad para los animales es brutal: se les utiliza, se les ignora y, al final del camino, se les abandona. 

En el marco de las peregrinaciones 2025, el Santuario Diocesano de Santa María de Guadalupe “La Concordia” emitió un llamado enérgico mediante una lona colocada en una de sus entradas, donde se observa la imagen de varios perritos y la frase: “Haz que tu peregrinación sea un acto completo de amor, no abandones a quien te acompañó todo el camino”.

Este mensaje no surge al azar. Durante años, personas provenientes de distintas colonias, decanatos e incluso de la zona serrana han dejado a sus animales de compañía en Orizaba tras concluir sus recorridos de fe, ya sea rumbo a La Concordia o a la Catedral de San Miguel Arcángel. El resultado es devastador, porque terminan siendo perros abandonados que deambulan por las calles y, posteriormente, son recogidos por autoridades municipales para ser enviados a la perrera, donde, tras un breve periodo, son sacrificados sin que exista transparencia ni alternativas reales de protección.

La crueldad se hizo evidente nuevamente este primero de diciembre, cuando un perrito negro, visiblemente lesionado y cojeando, siguió durante kilómetros a un grupo de peregrinos. 

A pesar de su estado físico –respiración agitada, estrés evidente y una probable lesión en la extremidad– nadie lo auxilió. Continuó su marcha forzada, olvidado por quienes momentos antes invocaban compasión y amor bajo el manto de la fe.

Orizaba está a menos de 12 días de celebrar a la Virgen del Tepeyac, símbolo de protección, ternura y vida. 

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