in ,

Solapa JM10 inseguridad; mantiene en el cargo a corrupto

PUBLICIDAD publicidad PUBLICIDAD

De la redacción 

El Buen Tono 

Orizaba.- A menos de 20 días de que Juan Manuel Diez Francos deje la presidencia municipal, la inseguridad incrementa en las calles de la ciudad. Mientras los robos, cristalazos y saqueos a vehículos se multiplican, la autoridad insiste en mantener al coordinador de la Policía Municipal, Mauricio Rafael Sosa García, señalado por vecinos y comerciantes como incapaz y permisivo frente al desorden que domina la zona centro y poniente de Orizaba.

En los alrededores de la iglesia de San Antonio, el mercado Venustiano Carranza -conocido como el de flores-, la Alameda Francisco Gabilondo Soler, así como calles Sur 8 y Ponientes 3, 5 y 7, el hartazgo ciudadano crece. Ahí, donde diariamente se pagan parquímetros para “garantizar” seguridad, los automovilistas terminan siendo víctimas de sustracciones constantes sin que la Policía Municipal actúe.

Los habitantes de esta zona identifican plenamente a uno de los responsables de la ola de cristalazos: “El Silva”, de unos 65 años, moreno, complexión delgada, cabello quebrado y lentes. Según múltiples testimonios, tiene su domicilio en Oriente 7, entre Norte 8 y 10.

La indignación radica en que la Policía municipal lo conoce, lo ha detenido antes y está plenamente ubicado como el ladrón reincidente de la zona. Incluso, vecinos señalan que ya ha estado en prisión por esos delitos, e incluso por un homicidio. Sin embargo, continúa operando con impunidad, amparado por la corrupción en la corporación policiaca. La pregunta es: ¿por qué sigue libre? ¿Y por qué no se actúa?

La versión que les dan los elementos municipales es todavía más alarmante: varios vecinos aseguran que los policías les han dicho que sus mandos les ordenaron no llevar “problemas” a la superioridad. Si a alguien no le parece, “que vaya a poner su denuncia a la fiscalía”. Ese es el nivel de apatía e indolencia con el que se atiende al ciudadano.

Mientras tanto, los elementos municipales continúan con prácticas cuestionadas por comerciantes: bajan de sus unidades a pedir “cooperacha” para su aguinaldo, entran a bares, rondan comercios sin trabajar y actúan bajo una lógica de beneficio personal antes que de servicio público. Todo esto ocurre en un cuerpo policiaco que, según el alcalde, tienen salarios elevados y prestaciones aseguradas y dignas.

CANAL OFICIAL PUBLICIDAD

G0lpeαn y amenazan a reportero durante cobertura en Boca del Río

Fuga de agua por casa del alcalde; no arregla ni donde vive