EFRAÍN HERNÁNDEZ
EL BUEN TONO
Fortín.- El proceso de entrega-recepción comenzó en Fortín entre un ambiente de desconfianza debido a múltiples acusaciones de corrupción, desorden administrativo y manejo discrecional de recursos durante la administración encabezada por Gerardo Rosales Victoria.
Aunque el protocolo se realizó en la sala de cabildo con los comités legalmente establecidos, la atención pública se centró en el compromiso del alcalde electo, Alfonso Piccolo Marín Delfín, de dar a conocer las irregularidades que trabajadores municipales, proveedores y habitantes aseguran que marcaron el cuatrienio morenista.
Durante la reunión, el cuerpo edilicio y los integrantes de ambos comités firmaron el acta correspondiente, tal como establece la Ley Orgánica del Municipio Libre y la Ley para la Entrega y Recepción del Poder Ejecutivo y la Administración Pública Municipal. Sin embargo, la formalidad del acto contrastó con las versiones que circulan en diversas áreas del ayuntamiento, donde se reportan obras infladas, contratos dirigidos, compras sin comprobación y la constante negativa del aún presidente municipal a transparentar información.
Aunque Rosales Victoria afirmó que cumplirá con los procedimientos “en tiempo y forma”, la expectativa social está puesta en el gobierno entrante. Sectores de la población exigen que Marín Delfín revise minuciosamente cada dependencia, documente los daños y dé a conocer los hallazgos, para evitar que los desvíos y abusos administrativos queden ocultos bajo el discurso de una transición pacífica.
La ciudadanía insiste en que este inicio del proceso no debe reducirse a una firma protocolaria, sino convertirse en una oportunidad para mostrar el estado en que se entrega el municipio y cerrar así el ciclo de opacidad de la administración saliente.


