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48 mil orizabeños reprueban a Diez Francos mientras el Ayuntamiento insiste en marchas de “agradecimiento”

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De la redacción
El Buen Tono

Orizaba, Ver.- Lejos del discurso triunfalista que intenta sostener el presidente municipal Juan Manuel Diez Francos al cierre de su tercer periodo, la realidad social de Orizaba muestra un desgaste evidente. De acuerdo con mediciones recientes, el 40.8 por ciento de la población califica su gestión como mala, una cifra que contradice cualquier intento de imponer una narrativa de aceptación generalizada.

La inconformidad no surge del capricho. Ahí están los vecinos del fraccionamiento Francisco Gabilondo Soler, enfrentados al intento de despojo de su área verde; los habitantes de la unidad Palmeras, que llevan más de dos décadas solicitando la rehabilitación de sus calles; los pobladores de El Espinal, quienes tras años de exigir luminarias y pavimentación terminaron confrontados con la autoridad municipal, perseguidos y expulsados de la ciudad como castigo por alzar la voz, y también los de la Dante Delgado, Moctezuma y Heriberto Jara Corona, más de 100 familia que viven en la zozobra ante el riesgo de que sus viviendas sean arrasadas por el río Orizaba debido a la mala condición en la que se encuentran los gaviones de contención.

En términos simples, hablamos de 48 mil personas inconformes en una ciudad de 120 mil habitantes, una proporción nada menor y que revela una fractura social que el gobierno municipal ha preferido minimizar, ignorar o descalificar.

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