Efraín Hernández
El Buen Tono
CÓRDOBA.- Al amparo de las peregrinaciones y la elevada afluencia de fieles por las fiestas guadalupanas, vendedores de flores incrementaron de forma desmedida los precios, al grado de duplicar el costo de ramos de rosas, una práctica que terminó por afectar directamente a los devotos.
Durante la temporada, el encarecimiento fue evidente. Una rosa que en días previos se comercializaba entre 6 y 8 pesos llegó a venderse hasta en 15 pesos, mientras que un sólo girasol alcanzó 25 pesos. El aumento se registró principalmente en los puntos de venta instalados en la región.
Los comerciantes atribuyeron el alza a la alta demanda y a las heladas que afectaron los campos de cultivo, especialmente en Puebla, principal proveedor de flores. No obstante, reconocieron que la cercanía de las festividades en honor a la Virgen de Guadalupe fue un factor determinante para ajustar los precios al alza.
A este panorama se sumó la reducción en la producción local, ya que algunas flores dejaron de cultivarse a consecuencia de climas extremos, lo que incrementó la dependencia del producto foráneo y abrió la puerta a mayores incrementos.
De esta manera, la temporada de peregrinaciones se convirtió en un negocio redondo para los expendedores, quienes aprovecharon la devoción religiosa para maximizar ganancias, trasladando el impacto de la especulación y la escasez directamente a quienes acudieron a cumplir una tradición de fe.


