De la redacción
El Buen Tono
Caracas.– Una nueva decisión del gobierno de Nicolás Maduro vuelve a colocar a Venezuela en el centro de la controversia internacional. Esta semana, el régimen anunció la cancelación inmediata de todos los acuerdos, contratos y negociaciones para el suministro de gas natural a Trinidad y Tobago, una medida que expertos consideran un paso más hacia el aislamiento energético y diplomático del país.
La ruptura se produce tras la incautación de un buque petrolero que transportaba crudo venezolano bajo falsa bandera, hecho que el gobierno calificó como “robo”, aunque autoridades internacionales señalaron vínculos previos de la embarcación con operaciones ilegales. En respuesta, la administración de Maduro lanzó acusaciones directas contra el gobierno trinitense y endureció su discurso, responsabilizándolo de actuar en coordinación con Estados Unidos.
Analistas advierten que esta postura confrontativa agrava la pérdida de confianza de socios regionales y limita las posibilidades de cooperación energética en el Caribe, en un momento crítico para la economía venezolana. La cancelación de los acuerdos no solo afecta a Trinidad y Tobago, sino que refuerza la percepción de un gobierno que privilegia la confrontación política sobre la estabilidad económica y el diálogo internacional.


