Efraín Hernández
El Buen Tono
Fortín.- La unidad médica del DIF municipal opera sin fármacos, el alcalde, Gerardo Rosales Victoria, les suspendió el pago de quincenas y aguinaldo a los empleados, prestaciones que la ley reconoce como derechos irrenunciables.
De acuerdo con personal de confianza, que pidió anonimato por temor a represalias, la carencia de insumos básicos y la falta de respaldo financiero contrastan con la propaganda personal sostenida durante años por Rosales Victoria y su esposa Olga Juárez Rodríguez, quienes prometieron cuidar la salud de los fortinenses, compromiso que quedó reducido a un discurso vacío.
Denunciaron un ambiente de hostigamiento.
Aseguraron que las autoridades municipales los amenazan para silenciar las inconformidades que existen.
Les advirtieron que habrá “venganza” contra quienes cuestionen el saqueo que se hace.
Acusaron como operador de tales presiones al personal más cercano del presidente, incluida su secretaria particular, Erika Hernández.
“También participan los regidores de Morena que estarán en la próxima administración, en un intento por sembrar miedo y disciplina”, expresaron.
Ante el incumplimiento salarial, los afectados anunciaron que detendrán actividades, lo que ahondará la crisis de atención a los ciudadanos.
La medida, explicaron, es la última salida frente a un gobierno que priorizó la promoción personal y abandonó los servicios básicos, dejando a pacientes y trabajadores sin apoyo.
Mientras el desorden se acumula, el informe de gobierno se realizó a puerta cerrada en la sala de Cabildo y con la complicidad de ediles.
La decisión, sostuvieron inconformes, busca evadir el escrutinio ciudadano y esquivar los reclamos de un municipio que hoy paga el costo de una gestión marcada por desfalco, amenazas y desprecio por la salud.
