De la redacción
El Buen Tono
Documentos recientemente publicados confirman que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) fue advertido desde 1996 sobre la posible implicación de Jeffrey Epstein en delitos relacionados con pornografía infantil, sin que se tomaran acciones durante casi una década. La revelación surge a partir de miles de archivos hechos públicos bajo la Ley de Transparencia de Archivos Epstein.
La información se origina en una denuncia presentada el 3 de septiembre de 1996 por Maria Farmer, artista y entonces colaboradora de Epstein en la adquisición de obras de arte. Farmer aseguró haber alertado al FBI sobre conductas que consideraba graves y peligrosas, incluyendo el interés del financista en material ilegal que involucraba a menores, así como amenazas directas para obligarla a guardar silencio.
Pese a la denuncia, Farmer sostiene que no recibió respuesta alguna durante años. Tras la publicación de los archivos, declaró al New York Times: “Esperé 30 años… Ya no pueden llamarme mentirosa”, y expresó su indignación por el daño que, afirma, pudo haberse evitado a otras víctimas durante el prolongado silencio institucional.
Los documentos, divulgados el viernes y sábado pasados, incluyen la denuncia presentada por Farmer, aunque su nombre apareció inicialmente tachado, situación que ella misma aclaró posteriormente. De acuerdo con los registros, Epstein habría sustraído fotografías y negativos pertenecientes a Farmer, imágenes que involucraban a sus hermanas menores, y se sospecha que intentó comercializarlos. También se mencionan amenazas para impedir que los hechos fueran denunciados.
Farmer ha señalado que su denuncia no reflejaba todas sus preocupaciones y que insistió en que se investigara a personas cercanas a Epstein, entre ellas Ghislaine Maxwell. Sin embargo, los archivos divulgados no contienen referencias a Maxwell ni a otros integrantes del entorno del financista.
Años después, la investigación federal derivó en el controvertido acuerdo judicial de 2008, ampliamente criticado por su indulgencia. Para el abogado Brad Edwards, representante de varias víctimas, el manejo del caso constituye un episodio “vergonzoso” que amerita una investigación exhaustiva sobre los funcionarios que conocieron la denuncia y permitieron que se negara su existencia.
Además de acudir al FBI, Farmer presentó una denuncia ante la Policía de Nueva York. Su hermana Annie testificó posteriormente en el juicio contra Maxwell, relatando experiencias ocurridas cuando era menor de edad.
La publicación de los archivos ha generado nuevas críticas. Legisladores y observadores cuestionaron tanto el retraso en la divulgación completa de los documentos como el alto nivel de tachaduras. Entre ellos, el congresista Thomas Massie, coautor de la ley de transparencia, acusó a la administración del presidente Donald Trump de no cumplir plenamente con la normativa.
El FBI fue contactado para solicitar comentarios, pero hasta el momento no ha emitido una respuesta oficial.
