De la redacción
El Buen Tono
Cámaras automáticas instaladas en lo profundo de la selva brasileña lograron captar por primera vez imágenes detalladas de una comunidad indígena aislada que ha logrado prosperar pese a la presión constante de agricultores y la deforestación ilegal en la Amazonía.
La comunidad es conocida como Massaco, nombre tomado del río que atraviesa su territorio, aunque se desconoce cómo se identifican a sí mismos. De acuerdo con un reportaje publicado por The Guardian, se trata de un pueblo que nunca ha sido contactado y del cual aún se ignoran su idioma, organización social y creencias.
La Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (FUNAI) estima que la población Massaco se ha duplicado desde principios de la década de 1990, a pesar del avance de la agroindustria, la tala ilegal, la minería y la presencia del crimen organizado en la región. Actualmente se calcula que el grupo está conformado por entre 200 y 250 personas.
Las cámaras fueron colocadas en un punto estratégico donde funcionarios dejan herramientas de metal como obsequio, una práctica diseñada para evitar que los integrantes de comunidades aisladas ingresen a fincas o campamentos forestales en busca de estos objetos.
Observaciones previas mediante imágenes satelitales ya habían revelado que los Massaco cazan con arcos de hasta tres metros de largo y que trasladan sus aldeas de acuerdo con las estaciones del año. También se ha documentado que protegen su territorio plantando miles de clavos perforantes en el suelo para disuadir a intrusos.
Con las nuevas fotografías, especialistas de FUNAI identificaron similitudes físicas con el pueblo Sirionó, que habita en la ribera opuesta del río Guaporé, en Bolivia. Sin embargo, las autoridades señalan que aún no es posible determinar con certeza su origen o identidad cultural.
La supervivencia de los Massaco ha sido posible gracias a la política de no contacto implementada por Brasil desde 1987, tras décadas de intentos fallidos que provocaron la muerte de más del 90 por ciento de los pueblos contactados, principalmente por enfermedades. Este enfoque ha sido replicado posteriormente por países como Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia.
De acuerdo con un informe preliminar del Grupo de Trabajo Internacional sobre Aislamiento y Primer Contacto con Pueblos Indígenas, en la Amazonía y el Gran Chaco existen al menos 61 grupos aislados confirmados y se estima que podrían existir hasta 128 comunidades que aún no han sido verificadas oficialmente.


