Agencias
Ciudad de México. — Diputados de Oposición advirtieron que la organización del Mundial de Futbol 2026 en México representa una “barra libre fiscal” para la FIFA, al considerar que el organismo internacional obtendrá grandes ganancias, mientras que los costos recaerán en los gobiernos estatales, afectando áreas prioritarias como salud, educación y movilidad.
Legisladores del PAN y del PRI coincidieron en que el Gobierno federal y las entidades sede han aceptado condiciones desfavorables, como exenciones fiscales y la absorción de gastos de infraestructura y servicios, a cambio de compartir la organización del torneo con Estados Unidos y Canadá.
El vicecoordinador del PAN en la Cámara de Diputados, Federico Döring, señaló que aunque el Mundial generará derrama económica, el esquema acordado evidencia un trato discrecional en favor de la FIFA. Afirmó que México, por su tradición futbolística y afición, no tendría por qué aceptar condiciones que calificó como humillantes, sobre todo cuando otros países coanfitriones no enfrentan exigencias similares.
Döring también criticó que los gobiernos locales recurran al endeudamiento para financiar obras y gastos relacionados con el evento, al considerar que este tipo de compromisos no garantizan un retorno de inversión, a diferencia de proyectos de infraestructura con fuentes claras de repago.
De acuerdo con información publicada previamente, Monterrey —una de las ciudades sede— se comprometió a cubrir servicios como agua, electricidad y transporte gratuito para los asistentes durante los días de partido.
Por su parte, el coordinador del PRI, Rubén Moreira, alertó que, tras años de recortes presupuestales a los estados, los recursos destinados al Mundial podrían salir de fondos destinados a políticas públicas esenciales.
Expresó su preocupación por la falta de beneficios fiscales para el país y advirtió que el gasto en un evento de esta magnitud podría traducirse en recortes a rubros prioritarios para la población, especialmente en un contexto económico complicado.
Finalmente, Döring sostuvo que el acuerdo con la FIFA refleja una débil capacidad de negociación por parte del Gobierno mexicano, al grado de convertir al país no sólo en anfitrión, sino en patrocinador del torneo, al asumir prácticamente todos los costos de organización.


