GUERRERO, México – Mientras la sociedad debería vivir la Navidad con paz, integrantes del Cartel de la Sierra (CDLS), conocidos como “Los Tlacos”, realizaron un desfile navideño repartiendo dulces y regalos a los niños en su localidad de origen.
El video que circula en redes muestra a miembros armados, e incluso a uno disfrazado de Santa Claus, lanzando dulces a los niños. Lo que parece un gesto festivo es, en realidad, una estrategia de propaganda que busca ganar legitimidad social en la comunidad, mientras persiste la amenaza de violencia y crimen organizado en la región.
Expertos en seguridad advierten que este tipo de actos puede normalizar la presencia de grupos armados en la vida cotidiana, enviar un mensaje de impunidad y confundir a la población, especialmente a los más pequeños, al presentar a delincuentes como benefactores.
Aunque el reparto de regalos podría verse como un acto de generosidad, no borra el hecho de que estos mismos grupos mantienen el control mediante la intimidación y la violencia, y que los niños y vecinos siguen expuestos a un entorno peligroso.
“Dar regalos no borra la violencia que imponen en la comunidad; no podemos normalizar a quienes lucran con el miedo”, advierten especialistas en seguridad.


