Agencias
SINALOA, México – Tras los recientes enfrentamientos entre grupos criminales en Escuinapa, al sur de Sinaloa, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que su Gobierno no respalda a ninguno de los bandos en conflicto, sino que se enfoca únicamente en la protección de la población. Sin embargo, la violencia deja claro que las palabras del Gobierno difícilmente se traducen en seguridad para los ciudadanos.
Cuatro días después de balaceras, narcobloqueos y asesinatos, Escuinapa volvió a registrar enfrentamientos entre las facciones conocidas como “Los Mayitos” y “Los Chapitos”, derivadas de la detención de Ismael “El Mayo” Zambada en 2024. En los recientes choques murieron dos civiles inocentes: un taxista y un adulto mayor, mientras que las carreteras locales permanecen bloqueadas y un tráiler fue incendiado en la Autopista Tepic-Mazatlán.
En Palacio Nacional, Sheinbaum destacó que las fuerzas federales han realizado detenciones y decomisos de laboratorios, y que el Gabinete de Seguridad continuará evaluando la situación. Sin embargo, expertos señalan que las medidas han sido insuficientes para frenar la violencia cotidiana, y que la insistencia en la narrativa de “no tomar partido” contrasta con la creciente percepción de impunidad y abandono que sienten los habitantes de Sinaloa.
“El foco en la protección de la población suena bien en conferencia, pero mientras los enfrentamientos sigan cobrando vidas inocentes, el Gobierno sigue sin garantizar seguridad real”, advierten analistas de seguridad.
