Ciudad de México, 27 de diciembre de 2025 – José Ramón López Beltrán, hijo mayor del expresidente Andrés Manuel López Obrador, volvió a ser centro de polémica luego de que el senador Gerardo Fernández Noroña defendiera públicamente su derecho a realizar compras en tiendas de lujo, asegurando que “no tiene que rendir cuentas a nadie” porque no es servidor público ni busca ocupar cargos políticos.
En un video publicado en redes sociales, Fernández Noroña calificó a José Ramón como un “buen hombre” y acusó a los críticos de ser “odiadores de AMLO” que atacan al heredero del expresidente por su estilo de vida. Según el senador, López Beltrán está en total libertad de gastar según sus ingresos, sin tener que justificarlo ante la opinión pública.
Sin embargo, el respaldo del legislador ha generado nuevas preguntas sobre la ética y la percepción pública de los familiares de políticos en México. Aunque José Ramón dejó la política hace siete años y no ocupa un cargo público, su estilo de vida y visibilidad mediática lo colocan en el ojo público, sobre todo cuando se trata de compras ostentosas en tiempos de crisis económica para muchos mexicanos.
Analistas políticos señalan que este tipo de defensa política puede resultar contraproducente para la imagen del exmandatario, al proyectar la idea de que sus familiares gozan de privilegios sin supervisión ni escrutinio social, lo que alimenta la narrativa de nepotismo y desigualdad.
Hasta el momento, José Ramón López Beltrán no ha emitido declaraciones adicionales sobre la controversia, mientras que las redes sociales continúan divididas entre quienes apoyan su derecho a la privacidad y quienes cuestionan la falta de responsabilidad simbólica de los familiares de figuras públicas.
