Agencias
Ciudad de México – Una familia de flamencos rosados (Phoenicopterus ruber) ha sido avistada recientemente en el Parque Ecológico Lago de Texcoco, un sitio que anteriormente fue destinado al fallido proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. La presencia de estas aves, poco común en la zona, ha llamado la atención de especialistas y visitantes, quienes consideran este hecho un indicador de la recuperación y resiliencia de los humedales locales.
Durante un recorrido exclusivo, se constató que la familia está compuesta por un macho, una hembra y un polluelo, conviviendo con miles de aves migratorias y residentes, como garzas blancas y patos mexicanos. Trabajadores del parque confirmaron que los flamencos llegaron hace pocos días y, al principio, algunos confundieron a los adultos con garzas debido a su sorpresa por la aparición de la especie.
Magda Argueta, bióloga por la UAM y doctora por la Universidad de California Riverside, explicó que los flamencos pueden desplazarse fuera de su hábitat habitual en la península de Yucatán cuando las condiciones ambientales son favorables. “Durante sus etapas juvenil y adulta pueden explorar humedales fuera de su rango típico. La observación de ejemplares rosados y blancos en buen estado de salud indica que están utilizando el humedal de forma temporal y no están desorientados”, señaló la especialista.
El Lago de Texcoco presenta este año una mayor extensión de zonas someras, lo que permite a las aves caminar, filtrar el agua y alimentarse de microalgas y pequeños crustáceos que les dan su característico color rosado. Argueta aclaró que esta visita no representa una migración permanente: “Cuando las condiciones locales de agua y alimento dejen de ser favorables, se retirarán a otro humedal, probablemente de vuelta a Yucatán”.
El Parque Ecológico Lago de Texcoco, inaugurado formalmente en agosto del año pasado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la entonces jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum Pardo, cuenta con una extensión de 14 mil hectáreas y alberga más de 250 especies de flora y 370 de fauna, incluidas especies protegidas y endémicas. Además, el parque es refugio de más de 100 mil aves residentes y cerca de 200 mil aves migratorias que cada invierno se desplazan desde Canadá hasta Sudamérica.
El contraste del plumaje rosado de los flamencos sobre las aguas del lago Nabor Carrillo se ha convertido en un atractivo natural que resalta la importancia de preservar los humedales del Valle de México. Este avistamiento se percibe no solo como un fenómeno biológico, sino también como un símbolo de recuperación ambiental tras años de proyectos fallidos y disputas urbanísticas que amenazaron el ecosistema local.
