AGENCIA
Ciudad de México.– Lo que alguna vez fue una prometedora carrera en el futbol profesional terminó tras las rejas. Aldair, conocido como “El Pollo”, exintegrante de las fuerzas básicas de clubes como Pumas y América, cumple actualmente una condena de 17 años de prisión por el delito de robo, lejos de los estadios y reflectores que alguna vez parecían su destino.
Aldair inició su formación futbolística en una escuela no oficial de Cruz Azul, ubicada en Santa Martha Acatitla, donde su talento llamó la atención de visores profesionales. Tras un periodo de prueba, logró incorporarse a la cantera de Pumas, escalando categorías hasta llegar a la Segunda División. Posteriormente, su desempeño lo llevó a integrarse a las filas del Club América.
Sin embargo, su desarrollo deportivo se vio truncado por limitaciones económicas. En diversas entrevistas, el exfutbolista ha relatado que los constantes gastos de transporte y cuotas para viajes resultaban imposibles de cubrir para su familia, originaria de Iztapalapa. La situación se agravó al tener dos hermanos más involucrados en el futbol formativo, lo que llevó a su padre a tomar decisiones que limitaron su continuidad en los clubes.
La necesidad económica llevó a Aldair a participar en partidos informales conocidos como “talacha”, donde se recibe pago por jugar. Fue en uno de estos encuentros, cuando tenía 16 años, donde sufrió una grave lesión de rodilla que marcó el final de su carrera profesional. Tras ocultar la lesión en su club y perder el respaldo institucional, comenzó a relacionarse con ambientes que él mismo ha calificado como nocivos.
Tiempo después, Aldair fue detenido y acusado de robo. Aunque reconoce haber incurrido en faltas menores, sostiene que el delito por el que fue sentenciado le fue fabricado. De acuerdo con su versión, fue detenido tras un reporte realizado por un repartidor de mercancía, y posteriormente se le imputó el robo de un vehículo, además de la portación de un arma blanca que asegura nunca tuvo en su poder.
Actualmente, tras casi seis años en prisión, Aldair participa en torneos internos del sistema penitenciario, donde se ha convertido en campeón de goleo. Conserva recuerdos de su pasado futbolístico, incluyendo fotografías junto a jugadores que hoy militan en ligas internacionales.
Su situación legal podría cambiar en los próximos años, ya que aspira a una posible preliberación al cumplir ocho años y nueve meses de sentencia, siempre y cuando cubra la multa impuesta y la reparación del daño. Mientras tanto, su historia permanece como un reflejo de cómo la falta de oportunidades, el abandono institucional y las decisiones personales pueden marcar de forma irreversible el rumbo de una vida.


