CIUDAD DE MÉXICO – El 2026 será un año decisivo para la economía mexicana, ya que se anticipa la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), un proceso que podría implicar renegociaciones bilaterales, modificaciones de cláusulas o incluso la posible disolución del acuerdo, advirtieron especialistas y organismos empresariales.
El año 2025 dejó a México bajo diversas presiones: aranceles impuestos por Estados Unidos, la crisis provocada por la plaga del gusano barrenador, la controversia por la reforma energética, tensiones en la agroindustria, especialmente en el sector del jitomate, y señalamientos de lavado de dinero en la banca mexicana. Todo ello, señalan analistas, marca un preludio de los retos que enfrentará el país en la renegociación del tratado.
Organismos como la International Chamber of Commerce México (ICC México) destacan que el T-MEC representa alrededor del 30% del PIB mundial y 1.93 billones de dólares en comercio regional, por lo que cualquier cambio podría afectar de manera significativa la inversión, el comercio y los empleos en América del Norte. La ICC también alertó sobre la posible modificación de la “cláusula de caducidad” (sunset clause), que podría extinguir automáticamente el tratado sin periodos de transición.
Para enfrentar estas negociaciones, el gobierno mexicano ha comenzado a mover fichas estratégicas. Entre ellas, la aprobación de aranceles de hasta 50% a productos provenientes de Asia, especialmente China, así como la revisión de reformas internas que podrían ser cuestionadas por sus efectos en el libre mercado, como la eliminación de órganos autónomos y cambios en la reforma energética.
Expertos coinciden en que la renegociación será compleja y requerirá claridad técnica y capacidad de respuesta, especialmente en áreas como comercio, medio ambiente, energía y trabajo. “Será un proceso delicado que pondrá a prueba la posición de México en América del Norte y su capacidad para proteger la economía y los empleos”, advirtieron especialistas.
Con estas medidas y advertencias, México se prepara para encarar un 2026 que marcará el rumbo económico del país y la región, en un escenario de incertidumbre y desafíos comerciales.


