

Zongolica.- “Pueblito plácido perdido entre montañas”, escribió Ray Pérez y Soto; sobre su lugar natal.
Zongolica, del náhuatl tzoncolihuitl lugar de las 400 plumas, encierra una hermosa cabecera custodiada por un Cristo Rey de 12 metros de altura, que desde 1949 vigila y protege a la población.
Su gente, en su mayoría marcada por la pobreza, tiene en sus vestimentas los colores del alma, que día a día reflejan al caminar descalzos por veredas y caminos, en sus rostros, se marcan historias que se entretejen y pueden llevar al espectador de la tradición a los rituales y de la magia a la sorpresa sin igual.
Desde las montañas, es posible apreciar hermosos amaneceres que conducen a la reflexión, pero ante todo, a admirar la grandeza de la creación, aquí la fe juega un papel importante, que resalta el orgullo y la alegría del espíritu.
En este lugar pueden verse pies cansados pero que nunca se detienen, porque dirigen a la infancia que vive su inocencia.
