¿Quién no ha pasado una noche de insomnio? Hago la pregunta porque la noche de anoche (como decía cierto programa televisivo) no podía dormir, para colmo no se me ocurría ningún tema sobre el que debiera escribir, los canales de la televisión no tenían nada que despertara mi interés, las series que incluyen sexo me parecieron más repetitivas y aburridas que nunca, pasaba de canal en canal una y otra vez, el “solitario” de mi computadora (algo a lo que juego con frecuencia) no me atrajo, por más ovejas que conté el sueño no llegaba. Resignado, busqué un canal de noticias que me proporcionara algún tema que me inspirara, y casi sin notarlo surgió, provocada ésta por lo que está sucediendo en Brasil ¡oh Brasil! el país del carnaval, de la samba, del bossa nova, pero sobre todo el país del futbol.
El futbol, la pasión de los brasileiros, el deporte que les ha dado la mayor satisfacción, el reconocimiento mundial, la fama y la popularidad a los integrantes de sus equipos, en fin el sueño más grande que pudiéramos tener los mexicanitos, ganar una copa mundial. He aquí entonces mi gran sorpresa: un millón de habitantes de cien ciudades manifestándose en protesta por los exorbitantes gastos para la construcción de estadios que darán realce al evento que yo creía iba a ser el más importante para Brasil: el mundial del 2014, exigiendo a su presidenta que ese enorme capital se ocupe en gastos más primordiales; inclusive una bella mujer que de pronto apareció en la pantalla del televisor invita al mundo a no asistir al mundial por considerar obsceno lo que sucede en su país: ¡cuántos gastos para el circo cuando existen otras prioridades!
Y entonces vino a mi mente la Roma medieval y su máxima: PAN Y CIRCO. Quizás sea el gran sueño de las muchedumbres, pero parece ser que a los brasileños por el momento lo que más les importa es el PAN. No quieren futbol, prefieren que abaraten el transporte, que haya atención médica, servicios públicos etc. Y algo que me sonó conocido: que se acabe con la corrupción. Todo esto a pesar de que la fuerza pública no se anda con miramientos. (Todo lo contrario de cómo se comportan los nuestros)
No pude menos que preguntarme: ¿Cuándo reaccionaremos así en nuestro querido México?
