

Córdoba.- Tres personas, 2 de ellos jóvenes, dieron a conocer presuntas agresiones por parte de policías estatales y acudieron la mañana de ayer ante las autoridades ministeriales, con la finalidad de presentar nuevas denuncias en contra de los uniformados, a quienes señalaron de haberlos detenido para golpearlos.
De acuerdo con datos consultados, una de las supuestas víctimas fue Eduardo Hernández Hernández, de 39 años y con domicilio en la colonia Rafael Alvarado, de Orizaba.
Esta persona, aseguró que el pasado 10 de junio llegó a Córdoba, para ir al hospital del Seguro Social, de la avenida 11 y calle 2, para preguntar por una persona que se encontraba internada, pero afuera del nosocomio fue intervenido por elementos de la Policía Estatal.
Precisó que debido a que ese día no portaba su credencial de elector, fue subido a una patrulla y golpeado, para después ser trasladado a la cárcel preventiva, donde según él permaneció por más de 36 horas, siendo liberado hasta el día 13, con la consigna de que no dijera nada.
Otro de los quejosos fue el menor José Alberto Colorado, de 17 años y con domicilio en la zona de Crucero Nacional, de Fortín, quien aseguró que “a mí me agarraron los policías vestidos de azul el sábado -23-, cerca de las 10 de la noche, cuando caminaba cerca de un Oxxo que se localiza por ese rumbo; me treparon y me fueron a andar paseando, me pegaron y después me fueron a dejar por la colonia Calería, ya eran como las 2 de la mañana del otro día, de ahí me salí caminando y pedí ayuda para regresar a mi casa”.
Un tercer agraviado fue el eléctrico automotriz Eduardo Xalamihua Panzo, quien tiene 30 años, y habita en la colonia Nuevo San José, de Fortín.
Ante los medios de comunicación, sostuvo que fue la noche del mismo sábado, cuando caminaba a orillas de la autopista Córdoba-Orizaba, a la altura del lugar conocido como “La Quebradora”, donde según él, fue intervenido por elementos policiacos estatales, quienes sin motivo lo subieron a una patrulla, lo revisaron y le quitaron aproximadamente $800 que llevaba, así como su teléfono celular.
“A mí también me anduvieron paseando esos elementos y luego me bajaron, pero me amenazaron para que no fuera yo a decir algo”, acusó.
Las víctimas, mostraron las marcas que les dejaron los golpes en la espalda, el abdomen y en las muñecas, al momento de haber sido esposados.
Informes consultados, establecieron que sólo 2 de los agraviados solicitaron abrir una carpeta de investigaciones ante el fiscal en turno, pero debido a que no contaban con los documentos necesarios, pospusieron la presentación de las denuncias penales.
De la redacción
El Buen Tono
