

Después de dos años de confinamiento estricto debido a la pandemia de COVID-19, Corea del Norte finalmente estaría reabriéndose lentamente. La razón quizá refleja la creciente admisión del Gobierno de que la nación necesita imperiosamente conseguir asistencia económica exterior.
La reapertura preliminar del Norte es percibida en la aparente reanudación de los viajes de trenes de carga hacia la vecina China. Pero incluso se produce en momentos en los que Pyongyang ha efectuado varias pruebas de armas, las más recientes el jueves con el lanzamiento de dos supuestos misiles balísticos, y con una sutil amenaza con reanudar los ensayos nucleares y las pruebas de misiles de largo alcance que con capacidad para impactar territorio continental de Estados Unidos.
