Apenas podíamos creer la noticia que escuchábamos en voz de Pablo Escudero: abortó la Comisión Nacional Anticorrupción a la que se comprometió en campaña el ahora presidente Enrique Peña Nieto. “No se logró”, reconoció el senador del Verde, casi dos años después del regreso del PRI a Palacio Nacional.
La Comisión encabezaba la lista de compromisos de campaña del entonces candidato a la Presidencia de la República. Se hizo, incluso, un acto especial en amplios locales de Santa Fe para dar a conocer la propuesta que, se suponía, sería fundamental en el combate a la corrupción en los tres niveles de gobierno.
En la vorágine de reformas se eliminó, incluso, la Secretaría de la Función Pública para dar paso a la comisión. Quedó nada más un despacho con un encargado al frente y pocas o nulas facultades, mientras se hacía realidad el compromiso número uno de campaña.
Durante 22 meses los encargados de gastar el presupuesto han trabajado cómodamente. Cada secretaría tiene un contralor interno nombrado, obvio, por el titular del ramo.
Juez y parte, pues.
Escudero es presidente de la Comisión Anticorrupción y Transparencia de la Cámara de Senadores. Ha estado en las negociaciones. La razón de cancelar la tan cacareada comisión la resumió en cinco palabras: no incluía la acción penal.
Eso dejaba sin dientes al órgano. Lo volvía anodino. Jalaría recursos para su operación sin garantizar sanciones. Más costos, más burocracia. Pero pocas herramientas para castigar con eficacia la corrupción.
En comisiones del Congreso se discutió el tema. Se sugirió incorporar la acción penal al órgano anticorrupción. El tironeo. Al final llegaron a la conclusión de que no era conveniente “fraccionar” esa facultad de la PGR.
En lugar de la CNA será creada una Fiscalía Especial Anticorrupción. No tendrá autonomía ni patrimonio propio. Dependerá de la Fiscalía General de la Nación, explicó Escudero.
La creación de la Fiscalía General ya está en curso. El alumbramiento de ese órgano está previsto para finales de octubre. Una vez que entre en funciones desaparece automáticamente la PGR.
Jesús Murillo Karam dejará de ser procurador general de la República. Se transformará en fiscal general de la Nación. Quedará al frente de ese organismo por nueve años.
Será el primero y el último de los fiscales generales que llegue a ese cargo sin pasar el nombramiento por el Congreso. Los que le sucedan serán votados por el Congreso.
Otra fiscalía especial que será creada: Delitos Electorales.
Terminada la charla con Escudero nos acordamos de las palabras que escuchamos en voz del académico Agustín Basave en el seminario sobre federalismo que se lleva a cabo en el Senado: “La Reforma Energética sin una reforma anticorrupción equivale a abrir las puertas al más grande capítulo de corrupción en la historia de este país.
“Imagínate a las grandes empresas con esos tiburones del petróleo. Vamos a tener muchos políticos accionistas”, vaticinó el también exembajador en Irlanda.
• Dice Gustavo Madero que en 2015 no va ni a la esquina con el PRI como aliado. Fue una declaración para consumo interno. La verdad es que las negociaciones entre el azul y el tricolor y otros partidos sobre alianzas en el DF no se han suspendido. Lo sabemos de buena fuente.
Ambos partidos buscan ir juntos por tres delegaciones —entre ellas Iztapalapa— y algunos distritos, para arrebatar al PRD el control casi absoluto que ha tenido en la capital durante más de tres lustros.
Azules, tricolores, verdes y neoaliancistas, saben que sólo así tendrán oportunidad de figurar en la Ciudad de México y conjurar el riesgo de ser desplazados por Morena.
• La efeméride del 2 de octubre fue olvidada por el Senado, a pesar de la insistencia del PRD de abordarla en tribuna. El tema estaba incluido en la agenda política de la sesión. La bronca fue que se alargó la discusión de los magistrados electorales locales y les dio flojera hablar de la matanza de Tlaltelolco. “El PRI se negó a hablar del tema y el PAN le hizo segunda”, se quejó Dolores Padierna, senadora del PRD.
• No cabe duda que los tiempos cambian. Militantes priistas del otrora Frente Juvenil Revolucionario entraron en territorio históricamente vedado para ellos. Cristopher James Barousse, presidente de la Red Jóvenes por México, órgano que substituyó al FJR, dictó, incluso, una conferencia sobre la importancia de la política en la otrora combativa Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
El chavo priista elogió el comportamiento pacífico de los estudiantes del Poli en la manifestación del pasado 30 de septiembre, “lo que les ha valido, dijo, una respuesta inmediata a sus inquietudes por parte del secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong”.
Barousse pasó alrededor de una hora en la facultad, sin que nadie le chiflara o lo insultara por su militancia partidista.
• Otra vez Agustín Basave. El académico encabeza el Club de Amigos del Piporro (Capi), creado apenas el pasado 20 de septiembre durante una comida en el famoso restaurante Rey del Cabrito de la ciudad de Monterrey.
Asistieron alrededor de 80 personas, entre ellas el extorero Eloy Cavazos, el próximo presidente del PRD, Carlos Navarrete; el investigador Lorenzo Meyer; Pablo González, hijo del Piporro; Felipe de Jesús Cantú, exalcalde panista de Monterrey, Gustavo Alarcón, contralor del estado; Guadalupe Acosta Naranjo, expresidente del PRD, entre oros.
Este reportero no asistió a la comida en Monterrey, pero se suma gustoso a la invitación de integrarse al Capi como miembro fundador.
