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Vivir junto a los muertos

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Córdoba.- Ya está cercano el Día de Muertos, creyentes y no tanto, colocan sus altares en espera de la visita de las almas de sus seres queridos. La visita espontánea, es lo único a lo que unos cuantos pueden aspirar, en contraste hay quienes se han acostumbrado a vivir entre los muertos.

Eran ya casi las tres de la madrugada de un día cualquiera, doña Vicky se encontraba en el segundo piso de su casa, pues era la hora de terminar de preparar los tamales para la venta del día siguiente. De repente un fuerte golpe sobre el techo de lámina de su casa rompió el silencio de la noche.

De inmediato sus tres perritos, fieles acompañantes alertaron con sus ladridos incesantes que algo andaba mal. Dudosa tomó una escalera para asomarse y ver qué era lo que andaba merodeando su techado.

“Me asomé porque hasta sumió el techo cuando cayó, pero  no vi nada. Algunos dicen que es un gato muy grande porque cuando pega se oyen sus arañazos, otros que es el nagual. Hasta dicen que es la bruja, yo creo que si porque he amanecido con moretones en el cuerpo…Por eso mejor me pongo la ropa al revés”, relata.

Doña Vicky habita desde hace ya 25 años en la colonia Independencia, cuando las calles eran de barro y el único acceso a su casa estaba al cruzar por en medio del panteón municipal. Cada que se aproxima la venida de Todos Santos, afirma su morada se convierte en una verdadera “Casa del Horror”, inexplicablemente las cosas caen de sus sitios, se apaga la luz y hasta le cierran las puertas.

“Yo mejor me acuesto entre almohadas, porque hay noches en las que no se puede ni dormir, se siente como alguien llega y se sienta junto a uno, hasta se ve como se sume el colchón”, explica.

Moradores de la Independencia, afirman los muertos, no se han ido, continúan rondando las calles de la colonia, en espera del descanso eterno. Uno que otro día se dejan ver entre los montes justo donde las “almas puras” se divierten, más tarde los lamentos y quejidos se escuchan a lo lejos.

“En la zona de los juegos había un árbol de Huapinole, antes de que lo cortaran, decían que se aparecía un hombre vestido de blanco que te llamaba. Yo lo vi… Otros vecinos dicen que también se escuchan los quejidos y gritos de la llorona”, afirmó una de las vecinas de doña Vicky.

Las ramas de ocote, los granos de mostaza, el vaso de agua bendita, veladoras y rezar la oración a la Magnífica Providencia se han convertido en los únicos escudos de protección en contra del mal. En la actualidad los más de 10 mil habitantes que albergan La Independencia aseguran la necesidad de contar con un espacio digno para vivir los ha obligado a acostumbrarse a la presencia de aquellos seres del
más allá.

Las historias de encuentros con habitantes del más allá, también han sido ligadas a la tragedia. Hace dos años, sobre el camino vecinal que comunica a la colonia Los Electricistas, dos cortadores de caña ubicaron entre los sembradíos los cuerpos de dos féminas. Las investigaciones señalaron ambas mujeres fueron ahorcadas con una agujeta, para después ser quemadas.

La tragedia que terminó con la vida de estas dos mujeres, ha hecho que los habitantes de esta colonia sufran ante la aparición de “espectros” y “chaneques”. Sobre el camino rocoso y rodeado de vegetación, donde las viviendas son ex casas, diariamente los pobladores de esta colonia caminan con el temor de ser sorprendidos. 

Aventureros afirman haber presenciado la aparición de dos niños que salen de entre los cañales, para perderse nuevamente entre las veredas de la zona.  Las historias de los habitantes del lugar coinciden en que la muerte de las dos mujeres, trajo consigo una especie de “mal” que les impide llegar a sus casas sin el temor de enfrentarse a lo desconocido.

“Una joven que iba caminando para su casa se regresó corriendo porque dice que escuchó un grito y le arrojaron unas piedras. Luego otro joven contó que le pasó lo mismo, por eso ya la gente tiene mucho miedo a pasar por este camino y lo hacen acompañados o en taxis”,  narró, don José.

Una a una las historias de encuentros sobre naturales, son narradas por los habitantes de la zona. Algunos  escépticos insisten en negar la presencia de las almas en pena de las dos mujeres, quienes si temen a ellas para aminorar su dolor les rezan y colocan una veladora en el camino, con tal de “que descansen en paz”.

Creyentes o no de la vida después de la muerte, ciudadanos aseguran haber presenciado la venida de seres celestiales. Don Presiliano, a sus 84 años de edad insiste en haber visto a la Virgen de la Soledad, mientras recorría la cuidad.

“Una noche salí a entrenar en la bici, cuando iba por donde ahora el Pedro Díaz vi como a lo lejos venía una mujer con los brazos extendidos y una capa negra, venía muy lento, no hice mucho caso y seguí. Cuando la alcancé vi que era una mujer muy alta, me espanté y aceleré”, platicó.

El encuentro con lo que asegura fue la Virgen de la Soledad, marcó su vida puesto que aunque practica la fe católica, dicha aparición le causó un terrible miedo, que casi lo paralizó.

62 años después, Presiliano insiste son pocas las personas a quien le ha narrado lo acontecido. Teme  a las burlas y las críticas, sin embargo es una historia que cada vez que la recuerda siente como ese escalofrío le recorre nuevamente la piel.

 

Yessica Martínez Arguelles

El Buen Tono

CANAL OFICIAL

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