

Ciudad del Vaticano.- El Vaticano reveló un secreto celosamente guardado: los famosos frescos de la Capilla Sixtina empiezan a volverse blancos debido a la contaminación provocada por el enorme flujo cotidiano de visitantes que se maravillan con la obra maestra de Miguel Ángel.
Las autoridades de la Santa Sede advirtieron de la pátina blanca en 2010 e iniciaron una investigación. El daño no era visible desde el suelo, pero la inspección reveló que partes de los frescos estaban cubiertos por una pátina blanca semejante a un glaseado de azúcar
resquebrajado.
Aunque se desconoce la causa precisa, dijeron en una conferencia académica que la pátina polvorienta parecía ser de carbonato y bicarbonato de calcio, formados debido a los niveles crecientes de dióxido de carbono y humedad que atravesaban los muros porosos de yeso.
Tomado de Excélsior
