*Exige que el alcalde presente evidencias que su ex cuerpo policíal contaba con los exámenes de control y confianza
Efraín Hernández
El Buen Tono
Fortín.- A más de una semana del asesinato del joven Pablo a manos de un policía municipal, la crisis de seguridad en el municipio sigue evidenciando la ineptitud del presidente municipal, Gerardo Rosales Victoria, y del regidor primero, Orlando Rosas Sánchez. Lejos de asumir responsabilidades, la administración ha sido rebasada por los cuestionamientos y la indignación ciudadana. Ante la gravedad de los hechos, lo mínimo que deberían hacer es solicitar licencia y dejar sus funciones por el resto del periodo, afirmó Manuel Molina Gómez, presidente del Centro de Investigación, Difusión e Implementación sobre Asociaciones Civiles (CIDIAC).
En entrevista, el activista subrayó que la falta de capacitación en la Policía Municipal fue un factor clave en la tragedia. “Es momento de que el alcalde haga público si su corporación, ahora disuelta, contaba con los exámenes de control y confianza. Y si no los tenía, que renuncie y se retire lo que resta de su gestión”, señaló.
Molina Gómez recordó que el martes pasado la familia de Pablo entregó un pliego petitorio al mandatario municipal exigiendo justicia y acciones concretas para evitar que un caso similar vuelva a ocurrir. Sin embargo, Rosales Victoria no ha cumplido con ninguno de los puntos solicitados, lo que ha intensificado el malestar ciudadano.
