De la redacción
El Buen Tono
Córdoba.— Le alcanza el karma a Jorge San Martín Muguira. El actual presidente de la Cruz Roja en esta ciudad sufrió un infarto la tarde del jueves y permanece con vida de manera artificial, tras ser sometido a un procedimiento de emergencia en una clínica privada. Su caída no solo evidencia un desgaste físico, sino también el derrumbe moral de quien, durante años, utilizó la institución como su plataforma personal.
Convertido en un parásito de la Cruz Roja, se mantuvo en la presidencia pese a constantes denuncias por malos manejos financieros, acoso laboral y abandono de los servicios médicos. Mientras la institución enfrentaba carencias, San Martín destinaba tiempo y recursos a su obsesión por el fisicoculturismo, recurriendo al abuso de esteroides en su fallido intento por competir en torneos locales.
La imagen de “compromiso humanitario” que proyectaba contrastaba con una vida privada de hostigamiento, corrupción y uso indebido de recursos. Su actual estado de salud, lejos de causar sorpresa, es visto como una oportunidad para que la Cruz Roja recupere su esencia de servicio y honestidad, libre de uno de los personajes más oscuros que ha tenido en su historia.
