
Efraín Hernández
El Buen Tono
Fortín, Ver. – En las comunidades de Villa Libertad y San Martín, la gestión del presidente municipal Gerardo Rosales Victoria se percibe como sinónimo de abandono, simulación y favoritismo. Las calles están intransitables, no existe red de drenaje y la infraestructura eléctrica presenta fallas constantes, mientras los servicios básicos brillan por su ausencia.
Pese a las múltiples carencias, el alcalde únicamente benefició con pavimentaciones a un reducido grupo de incondicionales que residen en estas localidades, dejando al resto con caminos destruidos y sin atención. “Solo les arreglaron la calle a los que le aplauden. Las demás están inservibles, llenas de hoyos y lodo”, reclamó un habitante de Villa Libertad. En San Martín, los vecinos aseguran que ni siquiera cuentan con drenaje sanitario, lo que agrava las condiciones de salud e higiene.
El problema del agua también se ha convertido en una carga insostenible. La Comisión de Agua y Saneamiento de Fortín (CASF) aplica tarifas comerciales a viviendas particulares, lo que ha obligado a muchas familias a construir pozos artesanales para evitar pagar cuotas injustificadas. “Nos cobran como si tuviéramos un negocio, pero es una casa. Por eso la mayoría ya ni usa la red, preferimos sacar agua de pozo”, explicó una residente afectada.
