
De la Redacción
El Buen Tono
FORTÍN.- Eduardo Alonso, el candidato de los pollos, es acusado de tejer una red de influencias y nepotismo junto a César Vega Martínez, agente municipal desde 2022.
Según testimonios, su esposa participa activamente en campañas políticas junto a Alonso, quien, pese a no ocupar un cargo oficial, ejerce influencia en decisiones municipales. Un comentario anónimo publicado en redes sociales lo describe como “nefasto y naquísimo”, acusándolo de aliarse con “El Pollos Charly” para perpetuarse en el poder.
Uno de los puntos más polémicos es el financiamiento de la unidad médica local. Durante una visita a comunidades rurales, la esposa de Vega Martínez afirmó que los recursos para este proyecto provienen “del kiosco”, una estructura comercial vinculada a Alonso.
Esta declaración ha levantado sospechas sobre el flujo de dinero entre negocios privados y obras públicas, sin que exista claridad en contratos o rendición de cuentas. Ciudadanos exigen saber quién controla estos fondos y por qué no se transparentan los contratos.
El caso de Monte Blanco ejemplifica cómo el nepotismo y las redes de poder informal corroen la institucionalidad. La falta de transparencia en el uso de recursos públicos, sumada a la vinculación de figuras como Alonso con cargos municipales, no solamente genera desconfianza, sino que de esa forma se perpetúa un sistema donde, unos pocos, se benefician a costa del bien común.
