
Redacción
Yanga, Ver.– Tras quedarse fuera de la candidatura de Morena, la abogada Jessika Flor Luna Aguilera no tardó en brincar al Partido del Trabajo (PT), exhibiendo así su verdadero objetivo: llegar al poder a toda costa. Su repentino protagonismo no es resultado de propuestas sólidas, sino de oportunismo de querer llegar a saquear las arcas del gobierno.
Pero su postulación ha encendido alarmas. Lejos de representar una opción fresca, su campaña está rodeada de figuras polémicas como Tocho Gordillo, Memo Nieto y “El Conejo”, todos vinculados a viejas prácticas de control político y señalamientos por nexos turbios.
Voces locales advierten que no se trata de una transformación, sino de una simulación con tintes familiares y oscuros intereses. En el “primer pueblo libre de América”, crece la indignación ante el reciclaje de candidatos y la infiltración de grupos que, lejos de liberar, buscan capturar el poder para poder incrustar a familiares y amigos.
