
De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- Cuando Leticia López Landero fue electa por el Partido Acción Nacional (PAN) inició la construcción de una red de poder, negocios familiares, operadores sin escrúpulos y un estilo de gobierno autoritario y clientelar. Tras un gobierno fallido, hoy sin pudor alguno, aparece operando desde las sombras para la campaña del impugnado candidato de Morena, Manuel Alonso Cerezo.
La contradicción no es menor: Quien se decía enemiga de la “izquierda populista” hoy pone toda su estructura al servicio de quien representa la imposición en Morena. La ideología, la militancia y los principios han sido sustituidos por ambición, pactos de impunidad y el deseo de seguir saqueando el presupuesto público.
López no busca regresar al poder desde una boleta. Busca regresar por la puerta trasera, infiltrando a sus operadores en una administración que ya negoció con ella los cargos clave. El mensaje es claro: si gana Cerezo, gobierna Leticia.
Se sabe que hace un par de semanas López se reunió en las instalaciones de la empresa TRABAL, la empresa de Cerezo, junto con Luis Abella, para discutir posiciones, contratos, y la posibilidad de insertar a Isaac Luz López, su hijo, en la próxima administración municipal.
Con ella vienen también Marcos Galicia y Miguel Gerezano, todos ellos piezas recicladas de su administración. Cerezo, en lugar de construir un proyecto ciudadano, ha optado por convertirse en el refugio de los que ya traicionaron a Córdoba. Y Morena, en vez de corregir, ha tolerado esta aberración política.
