

*Sin avances significativos
Efraín Hernández
El Buen Tono
Las calles de Córdoba son testigos del desastre que ha significado la administración de Juan Martínez Flores. En la intersección de la calle 9 con avenida 3, así como en avenida 5, las obras mal planeadas, inconclusas y peligrosas reflejan la corrupción y el desprecio del alcalde morenista por la ciudadanía.
Desde diciembre, el edil mandó romper banquetas y calles con la excusa de que se reubicaría el cableado de forma subterránea. La realidad es otra: el pavimento destruido sigue igual, las banquetas son zanjas llenas de tierra, y el caos se apoderó de la zona. No hay avances. No hay supervisión. No hay gobierno.

Los comerciantes no solo han perdido ventas, también enfrentan el riesgo constante de accidentes. En la esquina de la calle 9 con avenida 3, empleados de negocios han sufrido caídas al intentar cruzar sobre tablas viejas o estructuras metálicas improvisadas. Nadie responde. Obras Públicas brilla por su ausencia y los contratistas se esconden.
“El presidente municipal nos dejó en la miseria. Lo único que ha hecho es joder a quienes trabajamos todos los días”, sentenció un comerciante de comida. “Esta obra es un monumento a su ineptitud y a su ambición. Nos prometió que no tocaría las banquetas y mintió. Nos usó”.

