De la Redacción
El Buen Tono
Orizaba, Ver.- Vaya “fichitas” las que Morena decidió imponer como candidatos. Ya no basta con que se roben el dinero del erario: Ahora también quieren despojar a los ciudadanos de sus propiedades. Tal es el caso de Igor Fidel Rojí López, exalcalde de Orizaba y actual aspirante a la presidencia municipal, quien acumula señalamientos por corrupción, abuso de poder y hasta por arrebatar terrenos a legítimos dueños.
Durante su administración como alcalde (2018-2021), Igor Rojí infló costos de obras, declaró obras inexistentes y simuló avances que nunca se ejecutaron. El dinero fluyó, pero las calles y servicios públicos se estancaron.
Su historial vuelve a ensuciar el proceso electoral: Está denunciado por participar en un presunto despojo violento de una propiedad privada, caso ya en manos de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción.
Según la denuncia presentada, la propiedad ubicada en la colonia Santa María Tlachichilco fue ocupada ilegalmente luego de la muerte de su legítima dueña.
Las personas responsables, vinculadas al entorno de Rojí López, habrían desalojado con violencia al cuidador, con el respaldo de funcionarios judiciales y de seguridad. Entre los implicados están jueces, actuarios, personal jurídico estatal y, por supuesto, el propio Igor Rojí.
Pero esto no sorprende. En Orizaba, el nombre de Rojí López es sinónimo de negocios turbios y simulación. Igual que ocurrió en Córdoba, donde familias como Perdomo Bueno fueron despojadas de parte de Plaza Fundadores y los Acevedo de Super Ahorros por el impugnado, Manuel Alonso, ahora en Orizaba se pretende repetir la historia: Quitarle al pueblo lo poco que tiene, a punta de influencias y corrupción judicial.
Rojí no es un servidor público, es un operador de intereses familiares y empresariales que se protege tras la bandera de Morena. Y aun así, lo impulsan de nuevo, ignorando las denuncias y el hartazgo ciudadano.
