Lo que parecía una salida común al cine terminó convirtiéndose en una escena digna del guion de Destino Final. Un grupo de amigas vivió momentos de verdadero pánico cuando parte del techo de la sala donde se proyectaba la cinta se desplomó a escasos centímetros de ellas, en un cine de Argentina.
El hecho, que por fortuna no dejó heridos, ocurrió mientras se proyectaba la conocida película de suspenso, cuyo argumento gira en torno a personas que logran escapar de la muerte tras tener visiones premonitorias. Esta coincidencia no pasó desapercibida y volvió aún más escalofriante la experiencia para los presentes.
Tras el incidente, las jóvenes grabaron con sus celulares el estado en el que quedó la sala: pedazos de techo esparcidos por el suelo y un ambiente de tensión evidente. “Queremos que se hagan responsables y mejoren el mantenimiento del cine”, reclamó una de ellas en redes sociales.
La función fue interrumpida y el resto de los asistentes abandonó la sala visiblemente alterado. Aunque no hubo consecuencias físicas, el susto fue más que suficiente para encender las alarmas sobre las condiciones de seguridad en los cines.
🔁 Reacciones en redes: entre el humor negro y la preocupación
Las redes sociales no tardaron en reaccionar al suceso, con comentarios que mezclaban el asombro, la ironía y el temor:
- “Al que tuvo la visión le dio pena hablar”.
- “El marketing de Destino Final se está saliendo de control”.
- “Estaban viendo la 6 y ustedes iban a protagonizar la 7”.
- “Aquí lo importante es el orden en el que estaban sentados”.
- “Ya fuera de broma, he visto que ha habido muchos incidentes en salas que proyectaban esa película”.
Aunque algunos optaron por el humor, otros recordaron que incidentes similares han ocurrido en distintas partes del mundo, lo que pone sobre la mesa la necesidad de revisar con mayor rigor la seguridad en espacios públicos.
👁🗨 Una coincidencia inquietante
La experiencia de estas jóvenes no solo quedó como una anécdota aterradora, sino como una advertencia sobre lo delgada que puede ser la línea entre la ficción y la realidad. Y es que, después de todo, Destino Final nunca se sintió tan real como esa noche en el cine.
