De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba, Ver., 20 de mayo de 2025.— La vieja política se impuso de nuevo en Córdoba. Leticia López Landero, exalcaldesa señalada por corrupción y desfalcos millonarios, habría intervenido directamente en el proceso interno del Partido del Trabajo (PT) para imponer una candidatura a modo y evitar que figuras con mayor peso político, como José Abella o Gerardo Buganza, encabezaran esa opción electoral.
Según fuentes cercanas al partido, López logró “convencer” a la dirigencia estatal del PT con acuerdos económicos y políticos, cerrando el paso a perfiles incómodos que podrían poner en riesgo su pacto con el lavador del crimen organizado, líder del cartel inmobiliario y candidato impugnado de Morena, Manuel Alonso Cerezo. En su lugar, se designó a una candidata sin trayectoria ni respaldo social, cuya única función sería operar en favor de intereses compartidos con el grupo de López Landero.
La maniobra busca dividir y negociar posiciones en el próximo Ayuntamiento, y mantener cuotas de poder a través de candidaturas manipulables; por ello la participación constante de figuras como Marcos Galicia (uno de los consentidos de Leticia López), quien fuera subdirector de Tránsito Municipal en el gobierno panista, se ha dedicado a promover la imagen de la candidata del PT, así como a movilizar a ciudadanos de las comunidades de la sierra para llenar eventos del facturero del crimen organizado, como sucedió en su pasado arranque de campaña.
El caso del PT en Córdoba confirma que no todos los que se dicen de “izquierda” representan un cambio. En este proceso, el partido se redujo a un instrumento de simulación, controlado por una exfuncionaria que sigue operando en la sombra para garantizar impunidad, cargos y negocios.
