La Embajada de los Estados Unidos emitió una fuerte advertencia a quienes planean cruzar la frontera desde México: ciertas zonas en los límites entre ambos países han sido oficialmente designadas como áreas de defensa nacional, lo que significa que cualquier persona no autorizada que intente ingresar será detenida, procesada y podría enfrentar prisión.
Estas zonas, consideradas extensiones de bases militares estadounidenses, están protegidas por normativas federales que impiden cualquier tipo de acceso civil. “NO ENTRES. Arriesgas tu libertad en un viaje destinado al fracaso”, advirtió tajantemente la embajada.
La medida forma parte de una estrategia de seguridad que ha ido fortaleciéndose desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Fue el propio Departamento de Defensa quien ordenó el despliegue de fuerzas en la frontera suroeste y estableció estas “áreas restringidas” bajo una directiva respaldada por la Sección 21 de la Ley de Seguridad Interna de 1950.
El objetivo es claro: contener la migración ilegal que intenta burlar los puntos oficiales de ingreso cruzando por ranchos y propiedades privadas en la frontera sur.
Este anuncio refuerza el mensaje de que el cruce ilegal hacia Estados Unidos, además de peligroso, ahora representa un riesgo legal aún mayor: multas, arresto, enjuiciamiento y encarcelamiento para quien infrinja la ley.
🔍 ¿Qué significa esto para los migrantes?
Intentar cruzar por rutas no autorizadas ya no solo implica sortear desiertos o patrullas fronterizas, sino enfrentar la posibilidad de ser tratados como intrusos en una zona militar, con consecuencias severas bajo la legislación estadounidense.
Este endurecimiento en la política migratoria genera una nueva alerta para quienes planean emprender la travesía hacia Estados Unidos por medios irregulares: el muro no solo es físico, también es legal.
