Mónaco, 2025 – El legendario ingeniero británico Adrian Newey ha lanzado un mensaje claro desde el paddock del Gran Premio de Mónaco: Aston Martin no puede soñar con Max Verstappen hasta tener un coche ganador.
Newey, considerado uno de los cerebros técnicos más brillantes de la Fórmula 1, se unió oficialmente como director técnico de Aston Martin en marzo de este año y reafirmó su compromiso a largo plazo con el equipo en septiembre de 2024, tras su mediática salida de Red Bull. Su llegada desató una guerra de ofertas, incluso con Ferrari en la puja por sus servicios.
“Max es un talento fenomenal, pero solo se unirá a un equipo capaz de ofrecerle el coche más rápido. Así que si queremos atraerlo, debemos construir primero ese coche”, declaró Newey en su primera aparición en el paddock con los colores verdes del equipo con sede en Silverstone.
El bicampeón Fernando Alonso y Lance Stroll, hijo del propietario Lawrence Stroll, son los actuales pilotos del equipo. Newey destacó el carácter competitivo del asturiano: “Fernando tiene muy buen carácter. Siempre quise trabajar con él o con Hamilton. Al menos ahora tengo a uno de ellos”.
Sobre Lance Stroll, Newey fue claro: “Tiene una mala reputación injusta. Es mucho mejor de lo que la gente cree”.
A pesar de que Aston Martin ocupa actualmente la séptima posición en el campeonato de Constructores, Newey confía en el potencial del equipo: “Hay talento individual, pero debemos organizarnos mejor. Venimos de una estructura que evolucionó desde Jordan hasta Racing Point. El crecimiento ha sido rápido, pero no hemos rendido a la altura”.
El ingeniero, de 66 años, ya está completamente centrado en el diseño del coche de 2026, adaptado a la nueva normativa de la F1: “Desde marzo estoy a tope. Mi mujer dice que entro en un trance de diseño. Toda mi energía está en construir un coche ganador”.
En cuanto al futuro de Verstappen, cuyo contrato con Red Bull va hasta 2028, las dudas persisten desde las declaraciones de Helmut Marko a inicios de temporada. Pero para Newey, todo empieza con la velocidad del monoplaza. Solo así, dice, podrán soñar con atraer a una figura del calibre del neerlandés.
