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Fernando Ochoa es candidato del engaño; lo consideran una burla

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Nayeli Ríos
El Buen Tono 

Ixhuatlancillo.- La campaña política de Fernando Ochoa Ochoa es una burla para el pueblo. Su discurso de renovación y compromiso social es una fachada detrás de la cual se esconde una historia de corrupción, traición y ambición heredada.
Mientras presume recorrer el municipio, lo hace sólo en la zona urbana, y omite, lo que también es corrupción. a las comunidades indígenas que históricamente son relegadas y hoy siguen sin ser escuchadas.
El candidato del Partido Verde llegó a la Comisión del Agua del Estado de Veracruz (CAEV), en Ciudad Mendoza, gracias a las influencias de su padre, Fernando Ochoa Vergara, quien lo acomodó por favores políticos con el entonces diputado local, Luis Santiago.
Su paso por el organismo fue desastroso, dejó un cochinero administrativo, técnico, y financiero que hasta la fecha sigue afectando el servicio en la región.
La carrera política de los Ochoa se marcó por la traición.
El patriarca abandonó al PRD cuando más lo necesitaban y le dio la espalda a Israel Pérez Villegas, el exalcalde que le financió la campaña y lo impulsó políticamente.
Pese a ello, el oportunismo pudo más, y no dudaron en brincar a Morena para después traicionar también ese proyecto y refugiarse en el Partido Verde, buscando impunidad y poder a toda costa.
Pero el cinismo sigue. A través del director de Gobernación del ayuntamiento, identificado como “Marcos”, comenzó a presionar a la población, de tal manera que, si no votan por el Verde, les cancelarán los apoyos del DIF, lo que es ilegal.

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