

Fortín.- Lo que debería ser señalética para dividir carriles se convirtió en un obstáculo que daña vehículos y pone en riesgo a los ciudadanos.
En un acto más de improvisación y desinterés por la seguridad vial, los alcaldes de Córdoba, Juan Martínez, y de Fortín, Gerardo Rosales, permitieron el uso de boyas metálicas como si fueran topes, afectando suspensiones, llantas y carrocerías-
Tal ocurrencia, que carece de sustento técnico y diseño adecuado, refleja ignorancia y desprecio por el bienestar de los conductores. La corrupción, el negocio detrás del proveedor de las boyas y la falta de planeación, vuelven a quedar al descubierto, mientras los ciudadanos pagan las consecuencias.
