Laura A. García
El Buen Tono
Amatlán.- El alcalde Luis Arturo Figueroa Vargas completó 31 despidos de empleados municipales tras las elecciones del 1 de junio, que su esposa perdió, y por ello emprendió las acciones, que los afectados calificaron como un castigo político en su contra.
Refirieron que los ceses iniciaron al día siguiente de la derrota electoral de Daniela Alfaro Canseco, quien fuera candidata del Partido del Trabajo.
Negaron que su salida obedezca a razones administrativas, es un castigo por no haber apoyado la campaña de Alfaro Canseco, quien contendió por la alcaldía, pero fracasó.
Al menos 15 de los exfuncionarios ya preparan demandas por despido injustificado ante las autoridades laborales estatales.
“Es un abuso de poder”, denunció uno de los despedidos.
“Muchos apoyamos al presidente cuando estuvo en campaña, pero de pronto nos dijeron que ya no somos necesarios, justo después de los comicios” agregó la fuente.
Añadieron que Figueroa Vargas ni siquiera les dio las gracias, sólo los notificaron que estaban fuera de la nómina.
“Si fuera una reestructuración real, habrían evaluado desempeños o avisado con anticipación. Pero esto fue de un día para otro, y únicamente contra quienes no estaban alineados con el proyecto político del alcalde”, acusó otra exempleada.
Los trabajadores separados de sus cargos, entre los que hay choferes, administrativos, y personal de intendencia tanto del ayuntamiento como del DIF local, exigieron su finiquito conforme a la ley. Algunos ya buscan asesoría jurídica para presentar sus casos ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.
“No vamos a quedarnos callados. Esto es un claro intento de revanchismo política, y vamos a demostrarlo”, advirtió uno de los demandantes.
