De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- La cúpula del Ayuntamiento de Córdoba, encabezada por el alcalde morenista Juan Martínez Flores, se cobija en una burbuja de privilegios salariales que desdice cualquier discurso de austeridad. Mientras el edil percibe $149,529.59 mensuales, a su lado, la síndica Vania López González cobra una nada despreciable bolsa de $130,662.38 al mes.
Siendo uno de los salarios más altos del país para un alcalde y que roza el salario del propio presidente de la República, el alcalde no está solo en este festín de las arcas públicas.
El escándalo salarial se extiende como una mancha de opulencia sobre el Cabildo. Los 10 regidores se embolsan cada uno $102,927.33 mensuales. Sumas obscenas para un trabajo que, en la práctica, muchos han reducido a la mínima expresión: las “gestiones”. Un eufemismo que en la política local suele significar la obtención de algún beneficio particular, la colocación de un familiar o, su actividad más visible, la búsqueda obsesiva de reflectores.
En el caso de la síndica López González, lejos de ser recordada por una gestión edilicia eficiente o una férrea defensa de los recursos municipales, ha cultivado con habilidad el arte de la supervivencia política. Su perfil es el de una operadora que ha convertido los cargos públicos en escalones de una carrera personal. Hoy, mientras disfruta de un sueldo que multiplica por más de 16 el de un agente municipal, ya se le ve aspirando con ahínco a un nuevo escaño: regidora para la próxima administración. Su meta no parece ser el servicio, sino permanecer en el circuito rentable de la función pública.
