Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- A punto de concluir su tercer mandato como presidente municipal, Juan Manuel Diez Francos enfrenta severas críticas de vecinos de colonias periféricas como Santa María Tlachichilco, Santa Anita, Pichucalco, Rabelo, Moctezuma y Libertad Agrarista, quienes acusan al ayuntamiento de marginar sistemáticamente sus espacios públicos mientras se destinan recursos a proyectos turísticos en el centro de la ciudad.
La molestia surgió tras la reciente difusión en redes sociales del proyecto “Barrios llenos de color en Orizaba”, el cual comenzó en el callejón de La Borda, también conocido como Los Gatos, donde se pintaron fachadas y se instalaron techos bordados azules colgantes. El mensaje municipal fue: “Será el primer barrio en llenarse de vida y color”, destacando su ubicación estratégica, “a unos pasos del teleférico”.
Sin embargo, para los habitantes de las colonias mencionadas, esa “vida y color” nunca llegó. “En las privadas de El Espinal necesitamos pavimentación digna”, reclamó Amy Rivas. Por su parte, Jonathan Davis señaló: “Es obvio que van a ir con los barrios del centro para los turistas; las orillas quedarán igual”.
En Santa María Tlachichilco, Rafael Torija denunció el abandono de un sendero natural que lleva al cerro del Borrego: “No hay escalones ni infraestructura; pocas personas conocen esta alternativa para subir”.
Mientras tanto, Maribel Rodríguez, vecina de la colonia Libertad Agrarista, lanzó un mensaje directo: “Ya, señor Juan Manuel Diez, ya nos toca. Ya se va y no nos ha pavimentado nuestras calles”.
La crítica común apunta al mismo punto: la desigualdad en la distribución del presupuesto municipal. Mientras el centro de Orizaba es adornado para el turismo, la periferia sigue siendo ignorada.
