

AGENCIA
Región.- La temporada de incendios forestales en Veracruz ha dejado graves afectaciones, con 202 siniestros registrados desde enero hasta la fecha, que han consumido 1,787 hectáreas—un incremento del 140% respecto a las 727 hectáreas reportadas a principios de mayo.
Las zonas más impactadas son Perote, Altotonga, Xico y la región de las Altas Montañas, según datos de Protección Civil. Entre los incendios más devastadores destacan los ocurridos en el Parque Nacional Cofre de Perote, donde solo el Sendero de los Abuelos perdió 400 hectáreas, mientras que en Los Molinos y Sierra de Agua se quemaron 30 y 80 hectáreas, respectivamente.
Aunque Veracruz ocupa entre el octavo y décimo lugar nacional en número de incendios, sigue siendo una de las entidades con mayor incidencia, junto con Puebla, Oaxaca y Chiapas, lo que refleja la urgencia de reforzar medidas de prevención y combate ante esta creciente crisis ambiental.
PEro no aprenden
Ni el Estado ni el resto del país cuentan con un solo avión o helicóptero especializado contra incendios forestales. Las autoridades se ven obligadas a improvisar, adaptando helicópteros que no fueron diseñados para este fin, equipándolos con bolsas de agua conocidas como Bambi. Sin embargo, estas aeronaves, al no estar fabricadas específicamente para esta labor, tienen una capacidad limitada: apenas pueden transportar 800 litros por descarga.
En contraste, un helicóptero diseñado para combatir incendios puede cargar hasta 11,000 litros por viaje, y un avión especializado llega a descargar 60,000 litros en una sola pasada. Pese a esto, México no posee ni uno solo de estos equipos, lo que deja al país en clara desventaja frente a emergencias de gran magnitud.
Pero pasan y pasan los años, se pierden miles de hectáreas y el gobierno, en vez de invertir en aviones, sigue regalando dinero a Sembrando vida, que no han sembrado ni un bosque.
