Alejandro Aguilar
Sandra González
el buen tono
REGIÓN.- Frente al paso del huracán Erick cerca de las costas de Veracruz, una revisión crítica de la capacidad operativa de los ayuntamientos revela un panorama desolador en materia de prevención y respuesta a desastres. La mayoría de los municipios carecen de brigadas comunitarias organizadas y capacitadas.
Documentos oficiales obtenidos mediante solicitudes de transparencia exponen la nula existencia de brigadas comunitarias, la precariedad en el personal de Protección Civil y la opacidad en el manejo de recursos.
En Amatlán de los Reyes, las autoridades admiten que los intentos por conformarlas fracasaron debido al uso indebido de credenciales por parte de grupos locales, mientras que, en Paso del Macho, Calcahualco y Alpatláhuac ni siquiera existe un registro de estas estructuras.
Solamente casos excepcionales como Tomatlán e Ixhuatlán del Café reportan entre cuatro y seis brigadas activas. Esta ausencia es particularmente grave ante un fenómeno meteorológico que exige respuestas comunitarias ágiles para evacuaciones y primeros auxilios, especialmente en zonas rurales de difícil acceso.
También municipios como Alpatláhuac operan con un elemento, el director, el cual depende del apoyo de Bomberos regionales o fuerzas públicas ante emergencias.
En Ixhuatlancillo el equipo se reduce a dos personas, en tanto que Calcahualco admite que su presupuesto es literalmente de “cero pesos”.
Y es que esta insuficiencia limita acciones básicas como monitoreo de riesgos, alertas tempranas o coordinación con autoridades estatales, dejando a la población expuesta ante inundaciones y deslaves, que ya se han registrado en años pasados.
Los recursos económicos asignados son, en el mejor de los casos, insuficientes. Son los casos de Río Blanco y Camerino Z. Mendoza los cuales declaran presupuestos anuales de 350 mil y 300 mil pesos, respectivamente, montos que incluyen salarios, combustible y mantenimiento, dejando casi nada para insumos de emergencia.
Otros, como Amatlán de los Reyes, omiten detalles o se limitan a enlazar portales de transparencia sin datos verificables.
Peor aún: en Paso del Macho, el director desconoce el monto asignado a su área, y en Ixhuatlancillo ni siquiera existe claridad sobre el presupuesto.
Esta opacidad financiera impide evaluar si los fondos se usan para fortalecer capacidades o si, simplemente, se diluyen en los gastos administrativos.
El contraste entre esta realidad y la amenaza del huracán Erick es alarmante. Mientras la Secretaría de Protección Civil estatal alerta sobre lluvias significativas, vientos desde 35 km/h y riesgo de inundaciones en zonas urbanas y montañosas, los ayuntamientos, primeros respondientes, carecen de herramientas para actuar.
