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La ballena gris en peligro: Nacimientos caen 90% en 2025

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Por primera vez en la historia moderna, las aguas de Baja California Sur, uno de los santuarios más importantes para la ballena gris (Eschrichtius robustus), se han convertido en un triste cementerio para estos gigantes marinos. En la temporada 2024-2025, México registró la muerte de 92 ballenas grises, la cifra más alta desde que se tiene registro, superando los picos críticos de 2019 y 2020, cuando un evento de mortalidad inusual diezmó a la población.

¿Por qué mueren tantas ballenas?
Expertos como el doctor Jorge Urbán, investigador con más de 35 años estudiando a esta especie en la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), señalan que la principal causa es la falta de alimento en el Ártico, su lugar de alimentación. Debido al fenómeno de La Niña, las aguas en sus santuarios tradicionales estuvieron más frías, lo que obligó a las ballenas a nadar más lejos y con menos reservas para llegar a las cálidas lagunas mexicanas donde se reproducen. Esto las llevó a llegar muy cansadas y en bajo peso.

Además, la temporada mostró una alarmante caída del 90% en el número de nacimientos, registrándose solo 85 crías en las lagunas costeras, una cifra históricamente baja. La doctora Gisela Heckel, experta en biología de la conservación del CICESE, explica que la escasez de anfípodos — pequeños crustáceos que forman la base de la cadena alimenticia para las ballenas — está vinculada a la menor producción de algas en el Ártico, afectada a su vez por el calentamiento y la retracción del hielo marino.

Factores adicionales y un futuro incierto
Aunque algunas ballenas mueren por colisiones con embarcaciones o redes de pesca, estas amenazas aumentan principalmente cuando los animales ya están debilitados por la falta de alimento. También se ha documentado depredación por orcas en ejemplares vulnerables.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA Fisheries) confirma que la población de ballena gris del Pacífico Norte está en un mínimo histórico, con solo 12,950 ejemplares estimados para 2025, y una producción de crías que es la más baja desde que se comenzó el censo en 1994.

Conservación y esperanza
Frente a esta emergencia, organizaciones como Costa Salvaje, que operan en la Laguna San Ignacio dentro de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno — Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO — redoblan esfuerzos para proteger el hábitat de reproducción y desarrollo de las crías. El trabajo comunitario y científico es más urgente que nunca para intentar revertir esta dramática tendencia.

En julio, cuando las ballenas regresen a sus zonas de alimentación en Alaska, se espera tener datos definitivos sobre su mortalidad y natalidad para evaluar el futuro de esta emblemática especie.

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