

La economía de Estados Unidos comenzó el 2025 con el pie izquierdo. El Producto Interno Bruto (PIB) del país registró una contracción del 0.5% en el primer trimestre del año, según cifras revisadas del Departamento de Comercio publicadas este jueves. La caída es más pronunciada de lo que se estimó inicialmente (-0.2%) y revela un arranque más débil de lo previsto para la mayor economía del mundo.
El retroceso, en términos anualizados, se debe principalmente a una desaceleración del consumo interno —tradicional motor del crecimiento estadounidense— y a una baja más aguda en las exportaciones, en un contexto internacional cargado de incertidumbre y bajo la presión de una política comercial renovadamente proteccionista impulsada por la nueva administración de Donald Trump.
💼 Gasto moderado, exportaciones débiles
De acuerdo con el reporte, las familias estadounidenses redujeron su gasto en bienes y servicios, reflejando cautela frente a una economía menos predecible. En paralelo, las exportaciones sufrieron una baja significativa debido al enfriamiento de la demanda global y al endurecimiento de relaciones con socios clave como China, la Unión Europea y México.
Aunque las importaciones también bajaron —lo que suele compensar parte de la caída del PIB al restarse del cálculo—, el efecto neto no fue suficiente para evitar un balance negativo.
📦 Acumulación de inventarios y nuevos aranceles
Un factor llamativo en esta revisión fue el aumento de las importaciones a inicios del año, impulsado por una carrera del sector privado para adelantarse a los nuevos aranceles propuestos por Trump. Muchas compañías estadounidenses se apresuraron a importar productos clave, especialmente de origen chino, antes de la entrada en vigor de mayores gravámenes.
“Esta acumulación preventiva refleja tanto el temor a interrupciones futuras como la volatilidad política del comercio internacional”, explicó Lisa Connors, analista de comercio internacional de Baird & Co. “Pero también distorsiona temporalmente los datos del PIB, inflando las importaciones sin una demanda real equivalente”.
⚠️ Expectativa de nuevos ajustes en julio
La administración Trump ha advertido que, si no se logran acuerdos comerciales favorables antes de julio, los aranceles se incrementarán de forma generalizada. Aunque algunas de las medidas más duras han sido temporalmente pausadas en medio de negociaciones, el mensaje de la Casa Blanca es claro: la presión comercial llegó para quedarse.
Este panorama no solo refleja los efectos inmediatos de la política económica, sino que también pone sobre la mesa las consecuencias de una estrategia más cerrada y confrontativa en el comercio global. Con un segundo trimestre ya en marcha, los analistas observan con cautela si la economía estadounidense podrá retomar el ritmo o si esta contracción marca el inicio de una desaceleración más prolongada.
