Yessica Martínez A.
El Buen Tono
Fortín- A espaldas del parque de floricultura, el ayuntamiento mantiene un deshuesadero clandestino, donde al menos cinco camiones recolectores de basura, propiedad municipal, están abandonados entre maleza, basura podrida y llantas inservibles.
Todo lo anterior ocurre al tiempo que el alcalde, Gerardo Rosales Victoria, presume que dejará “todo listo” para la próxima administración.
La realidad es muy distinta. Con un sistema de recolección colapsado, los fortinenses enfrentan diariamente los efectos de un servicio deficiente.
Durante un recorrido que llevó a cabo El Buen Tono se constató el estado de abandono en el que se encuentran las unidades oficiales, convertidas en chatarra y foco de infección.
En lugar de reparar o sustituir estos vehículos, que representan patrimonio público, el gobierno de Rosales Victoria permitió que las unidades se deterioraran y se usen como banco de autopartes.
En ese mismo predio, también se observan maquinaria pesada y camionetas municipales arrumbadas, sin mantenimiento ni utilidad alguna.
A la par, la crisis de la basura se intensifica, colonias enteras pasan días sin recolección, los contenedores públicos rebosan de residuos, y los ciudadanos enfrentan la proliferación de plagas y malos olores.
Este tiradero oficial de unidades refleja el abandono, y se convierte en el emblema de un gobierno corrupto, sin políticas ambientales, sin estrategia de reciclaje y sin la capacidad de ofrecer lo más elemental a la población que gobierna.
