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Gerardo Rosales es el peor alcalde en la historia de Fortín

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AGENCIA
 
Fortín.- Lo que en su inicio se vendió como un proyecto de transformación y renovación, terminó convirtiéndose en lo que hoy muchos ciudadanos describen como la peor administración municipal en la historia de Fortín, encabezada por Gerardo Rosales Victoria, quien cierra su mandato entre acusaciones de corrupción, ineficiencia y desvío de recursos públicos.
Durante cuatro años, los fortinenses atestiguaron el deterioro progresivo de la administración pública que se tradujo en obras mal ejecutadas, servicios básicos colapsados, atención ciudadana deficiente y despidos arbitrarios.
Testimonios de empleados y habitantes coinciden: “El ayuntamiento nunca había estado tan mal”.

Tramposos
Un ciudadano inconforme se refirió a la mala calidad en las obras y la nula respuesta del gobierno local.
Las críticas apuntan a Rosales Victoria, pero también a colaboradores cercanos a los que acusan de enriquecimiento inexplicable y abuso de poder.
Desde la secretaria particular Erika Hernández, hasta el coordinador de Catastro, David Herrera, y el exconvicto Diego Mendoza, se les acusa de haber operado una red de privilegios y saqueo dentro del ayuntamiento, agravando el rezago institucional que hoy enfrenta Fortín.
Asimismo, los señalamientos por el manejo turbio de recursos públicos son graves, acusaciones de desvíos en todas las áreas, incluyendo el DIF municipal, opacan el prestigio que Gerardo Rosales intentó proyectar al inicio de su gestión.
“En sólo cuatro años, el pobre se hizo millonario”, expresó un excolaborador, que además cuestiona la falta total de transparencia en el uso de los fondos.

Corrupción
La molestia ciudadana crece frente al colapso de servicios básicos como el agua potable, y la ausencia de explicaciones públicas sobre el destino de los recursos, mientras el edil impugna los resultados de la elección municipal, en la que perdió su candidato, anunciando una supuesta “nueva administración”.
Para muchos, esto no es más que una estrategia desesperada para evitar rendir cuentas y limpiar su imagen, ante las múltiples irregularidades que deja su gestión.
“El sol no se tapa con un dedo”, expresó un extrabajador del ayuntamiento.

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