


Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, dejó de aparecer en el registro del Buró Federal de Prisiones (BOP) desde el pasado lunes 14 de julio. El hombre, vinculado a una estructura de crimen organizado, permanecía detenido en una cárcel metropolitana de Chicago tras declararse culpable de diversos delitos federales.
Una búsqueda reciente en el sistema del BOP indica que ya no está bajo custodia pública, lo que ha generado inquietud sobre su paradero. Sin embargo, esto no significa que haya sido liberado, sino que habría sido trasladado a una ubicación no revelada como parte de un posible acuerdo con la justicia estadounidense.
El viernes 11 de julio, Guzmán se declaró culpable de cuatro cargos relacionados con el tráfico de sustancias ilícitas y actividades delictivas organizadas. Durante su audiencia, compareció esposado y con uniforme penitenciario, y aceptó colaborar con las autoridades.
Los términos exactos del acuerdo no han sido revelados, pero se sabe que la fiscalía solicitó que se le imponga una condena inferior a la cadena perpetua, siempre que brinde una “asistencia sustancial” al gobierno de Estados Unidos, incluyendo testimonios, información clave y cooperación continua. También se propuso que pague una multa de 80 millones de dólares, lo cual deberá ser aprobado por la jueza Sharon Coleman.
Su abogado, Jeffrey Lichtman, afirmó que aún no conoce los detalles de la cooperación que brindará su cliente, pero que están dispuestos a cumplir con lo pactado. También negó que el traslado de familiares de Guzmán a territorio estadounidense tenga relación con el acuerdo judicial.
Cabe destacar que no es la primera vez que Guzmán López desaparece del sistema penitenciario: en octubre pasado ocurrió un hecho similar, mientras sostenía negociaciones con las autoridades. Por otro lado, su hermano Joaquín, detenido el año pasado junto con otro líder del crimen organizado, también estaría negociando su culpabilidad, y no figura bajo custodia del BOP desde octubre de 2024.


