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Coatepec, Ver.- La imagen estremeció al país: un joven caminando por las calles de Coatepec con una cabeza humana en las manos. La víctima fue identificada como Rubén “N”, de 61 años. El presunto agresor, André “N”, de 25 años, fue detenido y declaró que actuó motivado por un supuesto abuso sexual cometido por la víctima.
Por primera vez desde el crimen, Ana Laura, madre del detenido, habló en entrevista exclusiva con MVS Noticias Veracruz, conducida por Jorge Faibre y Aracely Baizabal. Visiblemente afectada, dijo que no justificaba lo ocurrido, pero pidió que el caso sirva para abrir un debate urgente sobre adicciones, salud mental y prevención.
“Mi corazón está roto. No hay palabras para expresar el dolor que siento por la víctima, por su familia y por el horror de lo que mi hijo hizo. La ley debe seguir su curso y estoy de acuerdo en que se haga justicia”, expresó.
Relató que se enteró del crimen por una llamada de una amiga, y que, en el fondo, ya temía que fuera cierto.
“Mi hijo había cambiado en los últimos días, y yo sabía que era por las drogas”, contó.
Sobre la víctima, Rubén “N”, mencionó que era un vecino de toda la vida, alguien con quien compartieron años en comunidad. Aseguró que él también había tenido problemas de adicciones y que recientemente había tenido una recaída.
Ana Laura compartió que el consumo de drogas en su hijo comenzó desde muy joven, y lamentó que las adicciones destruyeran no solo a su hijo, sino a toda su familia.
“Comparto mi historia no para defenderme, sino para que otras madres, otros padres no pasen por este infierno. Las adicciones llegan en silencio y se llevan todo.”
Pese al dolor, reconoció que su hijo debe enfrentar las consecuencias de sus actos:
“Nada justifica lo que hizo. La justicia debe actuar”.
Pidió, sin embargo, que las autoridades implementen programas reales de prevención y atención a las adicciones:
“No se trata solo de castigar. Necesitamos centros de ayuda accesibles y sin estigmas. El gobierno tiene un papel muy importante.”
La mujer, madre soltera, reconoció que su familia está devastada:
“Éramos tres hijos, ahora somos dos. Uno ya falleció. Mi otro hijo está impactado. Esto nos sobrepasó. Estamos unidos, primeramente, en oración. Confiamos en que se hará justicia porque es necesario.”
Con profunda tristeza concluyó:
“Estoy consciente de que mi hijo hizo un mal, pero también me está doliendo el corazón. Esto debe ser un parteaguas. Tiene que haber un antes y un después.”


