De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- Mientras las autoridades municipales presumen el despliegue del programa Patrulla Juvenil en el parque Santa Rita, la realidad de este espacio público y sus alrededores grita abandono y descuido: juegos infantiles inservibles y simulación del patrullaje de la policía municipal.
El estado de los juegos infantiles es emblemático de la negligencia. Varias estructuras están inservibles y representan un riesgo latente para los menores. Destacan especialmente dos estructuras de columpios, una de las cuales tiene la barra principal hundida, volviéndola claramente insegura para su uso. Esta situación, denunciada repetidamente por vecinos, permanece sin solución, poniendo en entredicho las promesas de bienestar infantil.
Frente al parque, agravando el panorama, se mantiene “abierta” una casa abandonada, convertida en refugio precario para personas en situación de calle y con problemas de alcoholismo. Este inmueble, que ya ha sufrido incendios, es un foco de inseguridad constante.
Mientras los niños de la Patrulla Juvenil participaban en carreras de relevos y juegos de cuerda dentro del parque, a pocos metros, en esa casa y sus alrededores, se observaban personas consumiendo alcohol abiertamente. La presencia de la Policía Municipal patrullando cerca, incapaz o indiferente para resolver el problema de fondo, fue una muestra palpable de la desconexión entre la actividad promocionada y la gestión del entorno.
Por las noches, el parque se convierte en territorio de personas con adicciones que deambulan por el área, lo que incrementa la inseguridad para los vecinos, que han elevado numerosas peticiones exigiendo seguridad, la urgente rehabilitación del parque y la demolición o saneamiento de la casa abandonada. Hasta la fecha, estas demandas no han recibido respuesta efectiva por parte de las autoridades.
El programa Patrulla Juvenil, presentado como una acción coordinada entre Prevención del Delito, la Secretaría de Marina, Policía Municipal y Protección Civil, y que promueve llamar al 911 o al Segurichat ante emergencias, pierde credibilidad cuando se desarrolla en un escenario que simboliza precisamente el fracaso en garantizar espacios públicos seguros, dignos y bien mantenidos.
